En la actualidad, organizaciones de todos los tamaños están transformando la manera en la que diseñan, desarrollan y entregan software. Ahora el objetivo de negocio es hacer entregas de aplicaciones de gran calidad en menos tiempo, para satisfacer las demandas del mercado y mejorar la experiencia del cliente. Ante esta situación, implantar una metodología DevOps, que fomente la colaboración entre los equipos de Desarrollo y Operaciones y permita ganar en rapidez, estabilidad y fiabilidad, se convierte en la mejor estrategia.
Ahora bien, ¿hasta qué punto son conscientes los responsable de TI de la necesidad de adoptar DevOps?
Para ayudar en este diagnóstico, hemos resumido los síntomas que indican que una organización necesita DevOps:
- Los equipos de Desarrollo y Operaciones siguen trabajando en silos, organizados de forma independiente y lejos de alinear objetivos, estrategias, procedimientos, métodos y herramientas.
- Se trabaja con aplicaciones frágiles y con poca disponibilidad y tolerancia y los fallos (que podían haberse previsto) se descubren ya en producción. El equipo se detiene para arreglar las incidencias, encolando el trabajo que estaba planificado aumentando el “re-trabajo”.
- Resulta complicado identificar si los problemas provienen de Desarrollo, Testing u Operaciones, ya que la mayoría surgen cuando los desarrolladores han terminado su trabajo.
- Debido a esta dificulta para detectar quién es el responsable, se llega a una situación de “fingerpoint”, es decir, unos a otros apuntándose para echar culpas.
- La comunicación entre los departamentos es ineficiente, llegando en determinadas ocasiones a generarse conflictos.
- La promoción entre entornos se hace de forma manual y requiere un elevado número de pasos.
- Se están cometiendo errores humanos durante las fases que pueden causar importantes daños.
- Los tiempos de ciclo de ejecución de los pases tardan días e incluso semanas en vez de horas y/o minutos.
- El testing para comprobar que el despliegue se ha hecho correctamente se sigue haciendo de forma manual.
- Existen muchos proyectos en cola que no pueden comenzar porque no hay suficientes recursos disponibles, siendo especialmente conflictivo el llamado “Shadow IT” en la creación de cuellos de botella.
- Se aplican metodologías ágiles durante el proceso de desarrollo, pero cualquier ventaja obtenida se disipa cuando el software se traslada al equipo encargado de promocionarlo a producción.
- El equipo de Desarrollo considera que su trabajo y responsabilidad ha terminado cuando se promociona a producción.
- Hay constantemente demasiado trabajo “en progreso” (WIP), es decir, cambios sin desplegar (por ejemplo nuevas funcionalidades o aplicaciones)
- No existe un control de versiones de las configuraciones.
- La infraestructura TI cada vez es más compleja, con partes físicas, virtualizadas y Cloud.
Aunque estos 15 síntomas son los que nos encontramos con más frecuencia cuando nuestros clientes nos plantean su problemática, pero cada organización tiene su propia casuística. La clave del éxito es tener identificadas las dificultades que se quiere solucionar con DevOps y que se haga de acuerdo a nuestros propios objetivos y motivadores, ya sean metodológicos, tecnológicos o meramente económicos. Sin embargo, un denominador común de las empresas que migran a DevOps es la meta que persiguen: conseguir una mayor satisfacción de clientes y usuarios gracias a las continuas actualizaciones de las aplicaciones, ahora también mucho más consistentes y estables.
Si crees que tu organización tiene algunos de los síntomas mencionados, ponte en contacto con nosotros para saber cómo DevOps puede resolverlos.
Cristina Bello es Responsable de Marketing de Xeridia